Y es que el desequilibrio
de los parámetros de sus emociones,
le impedían escribir la palabra «equilibrio» sobre su razón.
Era una desequilibrada caminando y saltando sobre la
cuerda floja, la cual insistía una y otra vez en hacerla rígida y segura. Tantos
esfuerzos siempre en vano. Pero es que siempre
vestía de racionalidad para ser una buena funámbula sobre la cuerda floja de
las emociones.
Así, cayendo en un bucle de sinsentidos y emociones indescifrables,
perdió la razón.
Tuxi
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