Y seis años más tarde de aquel estúpido propósito de estudiar un año en Francia y concretamente en París, aquí estoy. No sé cómo acabaré, aunque lo que si tengo claro es cómo quiero que sucedan las cosas, que vayan mal o bien dependerá del azar y del esfuerzo. El comienzo es duro como sucede en la mayoría de todos los comienzos. Sólo espero que merezca la pena y que al terminar le dé las gracias a todos los que me ayudaron y, también, a aquellos que me dieron la espalda y que me dijeron “Tú no puedes”. Porque gracias a los ánimos dados, a la ayuda prestada y a los que no creyeron en mí, me dije: “Yo sí puedo” y voy a luchar contra lo que sea, porque quiero darle una patada en el culo a los que me juzgaron sin conocerme y porque quiero decirle a los míos “Lo conseguí”.
Porque aunque la cuesta a veces parezca más empinada, lo importante es llegar arriba siendo más fuerte, y si en el camino me tropiezo, levantarme y seguir es lo que pienso.
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