Las nubes
grisáceas comienzan a acumularse en el cielo como si quisieran ver algo desde
ahí arriba de esta ciudad. En escasos segundos viene más nubes y más oscuras.
Llueve, cada vez más fuerte. Miles de coloridos paraguas llenan las calles, los
que no pueden abrirlo intentan resguardarse de la incesante lluvia.
Vuelve el viento:
esta vez sopla llevándose las nubes poco a poco, mientras que el sol saluda con
sus guiños. El suelo se va secando y los charcos casi desaparecen pero otra vez
vuelve el viento, trae de nuevo nubes oscuras, repite como si de un ciclo se
tratara.
Y así, con este
ciclo de repetición constante pasa la primavera su temporada.
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