El siguiente paso.

      Notas como el miedo se apodera de ti y te deja casi paralizado, con la mente en blanco sin saber dar el siguiente paso. Pero, llega un momento en el que aparecen ciertas personas importantes para ti, como si fueran las primeras gotas que comienzan a caer después de un verano árido y seco. Aparecen, sin decir nada. Tampoco es necesario. Comienzas a sentir y notar que puedes dar un paso porque están ahí, contigo. Y tú, gracias a ellas, consigues seguir y dar el siguiente paso.

      Simplemente, gracias por estar ahí.