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viernes, 30 de noviembre de 2012

Anochecer otoñal..

En cada anochecer hay una historia que jamás será contada, un frío que penetra por cada ínfimo espacio del hogar, un otoño implacable de hojas caídas y árboles aún vivos, un cielo de estrellas, una luna sonriente…



Tuxi

martes, 20 de noviembre de 2012

Somos niebla


Nuestra sociedad está basada en un día de niebla. Puede sonar raro, lo sé. Pero esta corta afirmación tiene su breve explicación. La niebla nos impide ver más allá de la propia realidad más cercana, vas andando por una calle larga y no ves el final, o miras hacia la montaña y ésta parece no existir. Es lo que muchas personas hacen en esta sociedad, miran pero no ven la realidad que las rodea, sus problemas, más allá de donde están pisando sus pies o los pies cercanos. Quizás sea hora ya de sacar nuestra propia niebla del interior y abrir los ojos de lo que es la realidad más allá y así ser más conscientes.

jueves, 11 de octubre de 2012

Infinita noche de infinito



Noches en las que un “te quiero infinito” enredado en las sábanas suena a noche en vela. Y es que si te digo infinito es quizás que no lo entendamos demasiado bien. En el siglo V a.C. Zenón de Elea enunció la paradoja de Aquiles y la tortuga: el atlético semidiós desafió a la tortuga una carrera concediéndole cierta ventaja. Aquiles parte del punto A y el quelonio del punto B. Lo primero que debe hacer Aquiles es ir de A a B. Por rápido que se mueva, algo de tiempo debe emplear, y la tortuga, por despacio que avance, algo de camino hará en ese tiempo. Ahora Aquiles está en B y la tortuga en C, con lo que el mismo razonamiento vuelve a empezar y lo hará infinitas veces. Concluiremos que Aquiles nunca ganará (ni empatará) la carrera por pequeña que sea su desventaja inicial y por infinitivamente cerca que en el transcurso de la competición llegue a estar su rival. Zenón, desquiciado, arguyó que no sólo el movimiento es imposible (sería ilusorio), sino que más vale no pensar en el infinito. 

Pero me paro a pensar mientras las horas del reloj parecen pasar infinitamente, aunque algún día tendrán que pararse. Miro por la ventana y veo el firmamento, el universo (recuerdo ese “infinito y más allá”) en realidad no creo mucho en ello, debe de haber un finito aunque no sepamos dónde porque esto es demasiado grande para que nuestras propias percepciones lo alcancen, pero es ese “más allá” lo que desconocemos y por ese siempre utilizaremos infinito como calificativo. Lo difícil de este maldito infinito es que infinitamente lo seguiremos llamando infinito pues es casi imposible conseguir el finito real y objetivo de la realidad. De repente, algo me hace volver a la realidad de la noche y salirme de ese dilema de infinidad, siento una especie de escalofrío y es que creo he entrado en un bucle infinito de amarte. 

viernes, 14 de septiembre de 2012

Libro sobre la filosofía de la vida: Fragmento.


Cerré mis ojos, pasé mis manos por los libros de la estantería sintiendo el tacto y grosor de cada uno de ellos y me detuve en uno. Y ese fue el libro que cambió mi vida.
Ese cambio fue para bien, aunque podría no haberlo sido pues estaba en un punto de decadencia en la vida en la que aún no había llegado a lo más profundo y oscuro, donde ya sólo puede ir para mejor. Para que entendáis mejor mi vida y mi cabeza sobre todo voy a explicar los puntos en los que clasifico mi estado de ánimo. Suelo tener tres puntos: uno donde la luz no para de deslumbrarte los ojos (la felicidad plena); otro donde la luz te deslumbra pero también de repente aparecen unos nubarrones que no sabes muy bien por dónde salir; y, por último, la oscuridad más profunda como cuando te encuentras en el fondo del mar dónde lo único que ya puedes hacer es subir.
Antes de leer ese libro me encontraba cercana de la profundidad pero sin llegar a tocarla aún.

Marta Gr.

Opinión: Crítica a los medios


Hoy he estado en una manifestación de funcionarios frente a los Ministerios de Córdoba. Número de convocantes muchos pero no demasiados, aún así gente de diferentes sindicatos y de diferentes sectores, como la Educación, Sanidad o Justicia. Eso sí. Estaban todos los medios de comunicación habidos y por haber, extraño para una manifestación que como siempre en estos tiempos que corren no llegan más allá ya que los que gobiernan les entra por un oído y le sale por otro, como se dice habitualmente. Vuelvo a los medios de comunicación. Allí estaban todos, pero de espaldas enfocaban a un número considerable, menor que la manifestación de funcionarios pero demasiado en los Juzgados de Córdoba. Sí, hoy iba a declarar José Bretón. Nada que explicar respecto a quién es. La gente se había convocado en las puertas para verlo aparecer y gritarle “asesino”. Mi crítica comienza aquí, con esta breve explicación de lo que he vivido esta tarde:
No entiendo. De verdad que no entiendo por qué tanto bombo a un asesinato. ¿Por qué? Todos los días los medios nos bombardean a noticias, datos en la investigación, todos saben de todo, aunque en el fondo no saben nada. ¿Por qué tanta propaganda? Los medios no hacen nada más que alimentar el odio en la sociedad. No entiendo qué consiguen con ir a insultar a ese hombre y no entiendo por qué los medios toman relevante cada paso que se produce alrededor del caso. ¿Qué nos venden? Está claro que cuando sale en la tele es porque es demandado por el público. Aún así parece ser que a los medios les gustan los detalles escabrosos y la información morbosa.
Los medios de comunicación muestran lo que les interesa, lo que saben que tendrán más “tirón”. Pero, ¿informan de lo verdaderamente importante? ¿Es más importante en este caso que un grupo de personas vayan a la puerta de los juzgados a gritarle a un hombre “asesino” (o saber que va a declarar) o es más importante un grupo de personas pidiéndole al Gobierno que deje de perjudicar a todos los empleados públicos? Claro que siempre es interesante informar sobre todo. Pero, ¿nos informan de lo que verdaderamente deberían? ¿Qué nos ocultan? ¿Con qué nos distraen? ¿No quieren nada más que morbo?

Aclaración: No me gustan los casos de Justicia con excesiva publicidad que aún no se han terminado de resolver todas las pruebas y en los que ni siquiera aún se ha dictaminado una sentencia. En el fondo, perjudica la propia investigación y la labor de un Jurado Popular o un Juez.

Opinión del día 12/09/12