Nombrarte es hacerte tangible, real,
es traerte aquí, a la vida,
hacerte respirar, latir, vivir.
Sentirte cerca, perceptible,
darle voz a lo que me grita por
dentro.
Nombrarte es dejarte en manos del
viento,
para que haga contigo lo que quiera,
como, por ejemplo, llevarte lejos.
Y temo que la distancia (te) haga desaparecer
ese vuelco al corazón que me da cuando
te miro.
Nombrarte es romper la barrera del sonido
con el silencio que escribo sobre un
pentagrama.
Nombrarte es abrir la batalla
entre la razón y el corazón.
Nombrarte es darte la existencia,
sin haber resuelto la mía propia.
Tuxi...