Seis son los inviernos que nos unen.
Pocas son las estaciones que nos separan.
Infinitos son los sentimientos,
que a veces parecen no tener límite.
El tiempo y la distancia padecidos,
que parece hacernos más fuerte.
Callarte con un beso y
amarte con tan solo un abrazo.
El miedo, quizás, de darlo todo a la primera
o, quizás, de esperar demasiado.
Crear un planeta para los dos
cada vez que nos encontramos a solas,
y que los demás sean extraterrestres
de nuestro amor particular.
¿El comienzo? Un inesperado beso
con el que unimos dos cuerpos pletóricos
de ganas de amar.
Una ilusión compartida.
El recuerdo de una ciudad
donde los únicos náufragos
éramos Tú y Yo.